2.5 Timbrando las palmas

Así como los pies tienen sus puntos de apoyo diferenciados en función de la marcación especial, tímbricamente podríamos lograr lo mismo sobre las palmas, distribuyendo diferentes tipos de sonidos en los diferentes contratiempos del compás. Por ejemplo, en un compás de cuatro tiempos, podríamos hacer el primer contratiempo del compás, el del primer tiempo, con un sonido agudo, golpeando las palmas entre sí, y el resto de los contratiempos con un sonido grave, golpeando con nuestra palma sobre el pecho. 

A su vez, cada esquema rítmico está habilitado para desplazarse. Así, aquella configuración, a saber, una secuencia de un contratiempo agudo (A) y tres graves (G), podría tener cuatro posibilidades de configuración: 

A G G G 

G A G G

G G A G

G G G A 

Veamos esto en la grafía musical: 

Veamos un ejercicio donde combinamos estas posibilidades que surgen de timbrar las palmas con sonidos graves y agudos con las diferentes opciones de cuenta presentadas, a saber la cuenta de la división, de la pulsación y del contratiempo. La práctica consistirá en ejecutar esas cuatro opciones de timbrado presentadas, siendo que cada una permanece fija mientras la voz pasa por las tres posibilidades de cuenta. A continuación se muestra este ejercicio siguiendo una secuencia 1.

También podríamos invertir la relación grave agudo de nuestras palmas:

G A A A 

A G A A

A A G A

A A A G 

O bien probar otras configuraciones, que a su vez podremos desplazar: 

G G A A 

A G G A

A A G G

G A A G

Que todas estas experiencias no se vuelvan una mera rutina mecánica. Es necesario estar conscientes de cada movimiento y de cómo ello repercute en nuestro cuerpo y en nuestra percepción. 
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